300: El origen de un imperio: Mientras en 300 teniamos a los mazados espartanos y el carismático Leónidas, en esta continuación el protagonista es algo así como Thermomix, sin tanta testosterona ni homoerotismo. Un despropósito con luchas navales ridículas y mucha cámara lenta. Sin ella la peli duraría un cuarto de hora.
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